El amor
no era eso.
El amor era algo más sencillo de lo que pensaba.
Tuvieron que pasar
años locos, cazas de diablos, noches de derrames acuosos de mis ojos
marchitados, receptores de mensaje que olvidan que recibieron mi puzle de
heridas con instrucciones para recomponer, escotes sin vistas al paraíso,
proyectos que se esfumaron como mi sueldo a final de mes, épocas de sequía y de
extrema sequía, emisores de mensajes que olvidan respuestas en borradores
infinitamente, entradas en espirales negativas sin túnel de salida, amaneceres
locos con los tacones gastados de habitaciones que se quedaron sin pisar,
labios pintados de rojo putón...