Hace mucho que empecé a escribir. Fue en un final de un
verano, en el que me impactó duramente un hecho, un accidente, una
muerte que no tenía nada que ver conmigo. Difícil de explicar cómo un hecho
aislado así, pudo desencadenar una serie repetida de malos sueños que se
apoderaban de mí. Ni siquiera conocía al chico que murió, pero lo sufrí como si
hubiera sido muy cercana. Para acabar con esas pesadillas, que me
atormentaban noche tras noche, escribí.
Ya veis si mi destino era la
psicología, que utilicé la escritura como herramienta terapéutica, sin saberlo. Entonces
desconocía que era una estrategia en terapia, que acabaría siendo psicóloga, o las muchas veces
que iba a escribir en sesiones o a lo largo de mi vida.
Escribo, he escrito y escribiré, es algo que me
nace, como la psicología, como sonreír porque sí, como tantas otras cosas.
Empecé este blog, estimulada por un par de amigos, aunque no sé bien con qué objetivo. Hacer público algo que haces desde siempre, tiene que tener una motivación para que persista esa conducta.
Empecé este blog, estimulada por un par de amigos, aunque no sé bien con qué objetivo. Hacer público algo que haces desde siempre, tiene que tener una motivación para que persista esa conducta.
No digo adiós al blog, no sé si será un adiós
definitivo o durará diez días, como la última vez que lo “cerré”.
A lo largo de estos años, he aprendido que un nunca no se puede prometer, así que me contentaré con decir “hasta el tiempo que esto dure”.
No me reporta nada publicar en el blog, no me emociona, no me transmite, no siento nada, quizá porque no recibo el feedback que necesitaría o porque razones que no logro discernir.
Para mí, la vida es sentir, las cosas que no tienen emoción, no me motivan, no me alientan. No me gustan las despedidas, pero menos los finales sin sentido o no "cerrados", a pesar de que la anterior vez, me fuera sin decir adiós; esta vez quiero agradecer a las personas que me habéis leído, y a las pocas que habéis comentado. Espero haberos transmitido alguna emoción; enseñanzas no hay ninguna en mis entradas, así que emociones es lo único a transmitir.
A lo largo de estos años, he aprendido que un nunca no se puede prometer, así que me contentaré con decir “hasta el tiempo que esto dure”.
No me reporta nada publicar en el blog, no me emociona, no me transmite, no siento nada, quizá porque no recibo el feedback que necesitaría o porque razones que no logro discernir.
Para mí, la vida es sentir, las cosas que no tienen emoción, no me motivan, no me alientan. No me gustan las despedidas, pero menos los finales sin sentido o no "cerrados", a pesar de que la anterior vez, me fuera sin decir adiós; esta vez quiero agradecer a las personas que me habéis leído, y a las pocas que habéis comentado. Espero haberos transmitido alguna emoción; enseñanzas no hay ninguna en mis entradas, así que emociones es lo único a transmitir.
Sed felices y vivid... ¡La vida con emociones sabe
mejor!
¡Muchas gracias!
¡Muchas gracias!