¡Hay que querer! Quererse y querer a las personas que nos rodean, ponernos en su lugar para entenderles mejor.
¡Hay que querer! Querer conseguir nuestros sueños, ponerse en acción y buscar la manera de lograrlos.

viernes, 4 de marzo de 2016

Más

Esperaba más de ti.
Esperaba más de aquella palabra, ¿cómo era? amistad, sí, amistad... esperaba más de la amistad.
Esperaba más...

Supongo que es lo que ocurre con las expectativas, te dan en la cara o te dan la razón.
Supongo que a mí, me dieron en la cara esta vez.


No, no supongo, me dieron un "zas, en toda la boca". Afirmo.

Me pongo a pensar en ti, en mí, en nosotras.
Me pongo a pensar en todas las razones que hacen que creemos en nuestras cabezas todas las expectativas que nos hacen actuar de modos concretos, planificar aventuras, desear que ocurran tantos momentos, esperar ese mensaje de ánimo, ansiar una llamada, buscar un huequito para saber de ti, preocuparme por tus cosas... y mil cosas más.


Pero... todos somos diferentes.
Y... todos somos algo iguales.


A veces, las palabras acaparan significados demasiado irrealistas.
A veces, la mente no se pone en nuestro lugar, y nos predispone a que busquemos reacciones... que nunca llegan. O quizá lleguen tarde y ya, caigan en la cuenta de que "no se sabe lo que se tiene hasta que se pierde"... O no. Quizá sean reacciones tan faltas de realismo como llenas de falsedad.
A veces, las personas valoramos; otras, infravaloramos, y; otras, supravaloramos.
A veces, te supravaloré.
A veces, pensé que la amistad tenía sentido contigo a mi lado... O no, porque puede que ese lado, fuera un lado ausente, insípido de realismo, amortiguado por mi exaltación de afecto, preocupación y ganas de fidelidad amiga.
A veces, deberíamos creer más en los hechos presentes que en los recuerdos pasados.... Y es que lo que fue, ya no es.

Ahora, no espero nada... Y supongo, que siempre pensé que me decepcionarías... Te conozco demasiado bien "amiga". O no, e igual, solo fue profecía autocumplida, como buen principio psicológico que debería cumplirse.
Ahora, actúo igual que antes, pese a quien le pese, aunque, en realidad, a la que le pesa es a mí.
Ahora, no es ayer. Ni hace un mes. Y no, ni siquiera es hace un año.
Ahora, es momento de reseteo ON.
Ahora, no hay expectativa en base a ti. Ni la habrá, porque no merece la pena seguir anclado a algo, que nunca fue como mi mente ideó.


Lo peor de hoy es perder esa parte de mí, que se fue contigo, con nosotras, con mis olvidos y mis "dejar atrás" mil emociones, risas y ratos compartidos, que no son más que un engaño de lo que enmascaraste.

No tuvieron la culpa mis expectativas, no. Sólo culpo a tu papel de ser quien no eres, ese que provocó la decepción, al destapar las verdades, al saber que para ti yo signifiqué el interés personificado, el "ahora me vales", una amiga de corta y pega, sin más sentir que tu propio yo.
¡ay, amiga! ...


Ciao, me despido. 

Diría que fue un placer conocerte, pero tampoco es para tanto. 

Espero que seas feliz en tu egoísmo y tu poco saber estar con esas personas que, como yo, te valoraron en algún episodio de esta historia que llaman vida.





2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Jajajajaa... Bueno, un poco :P
      Aunque cabría añadir (sobretodo por la última imagen) que siempre hay clases... De gente también.
      ¡Saludos guapo!

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