Quizá te sorprenda
esta carta. A mí, si te soy sincera, me sorprende escribir a alguien a
quien no conozco de nada y que además, tampoco quiero conocer. En otra situación,
puede que hubiéramos llegado a ser incluso amigas; la realidad es que compartir
un café contigo, sería muy masoca para mí, y puedo decirte que sé un rato de
automasoquismo. Fuiste la elegida para vivir todo eso que yo soñé, eres
su chica; y yo no. No es que te odie, te desee que una tormenta inunde tu vida,
o que seas completamente infeliz, para nada; pero no quiero tu amistad, y sólo necesito
decirte algo.
Estoy segura de que no
sabes nada de quién soy, no hay duda de que nunca te habló de mí, ni hace falta
que lo haga; y seguramente, una vez acabes estos renglones entiendas el porqué.
No se lo reproches, ni se lo tengas en cuenta; sólo lee si quieres estas
líneas, o haz como si nunca hubiera llegado esto a tus manos.
Te quiero decir que
le quieras. Quiérele. Ámale, con locura; porque se lo merece, pero no te
vuelvas loca, porque se va asustar. Él no te demostrará siempre lo que siente,
pero está contigo, así que evita las dudas. Sabes tan bien como yo, que podría
estar con quien quisiera y esa eres tú, aprovéchalo y demuéstraselo a cualquier
hora... pero déjale también, su espacio. Necesita asimilar las emociones. Su
mente y emociones, son como una estantería de ikea, sin manual de
instrucciones. Si supieras de la mente tanto como yo, podrías ayudarle en la
reestructuración, pero si no; mejor, dale tiempo. Lo va a necesitar para
formar la base y las alturas e ir montando los estantes y dando su forma
cognitiva. Y lo mismo cuando parece ido... dale tiempo, o un beso, para que se dé cuenta de que volvió a escaparse a su universo interno.
Ármate de paciencia y de cariño. Paciencia vas a necesitar a
raudales, así que ve almacenando, si eres de mecha corta. Te va a merecer la
pena, eso seguro; pero sabes que no vas a entender mil cosas de él, así que la paciencia va a ser tu mejor aliada.
Aún recuerdo cómo me
enamoró... si me dices que lo hiciste el primer día, te creería. Es tan bello
por fuera, y sus acciones son tan perfectas, que lo menos esperable es que sea
igual de bello por dentro... ¡pero sí! y así, ¡a ver qué lista no se enamora!
No
te sorprendas de todas las que le van a rondar, tiene ese halo de seducción
innata que es inevitable. Aunque, ponerte celosa no va a ser lo mejor. A mí, me
encantaba verlo pavonearse entre las club de fans (como yo las llamaba). Se
le veía tan él, tan disfrutando; que esa mirada que me regalaba de vez en cuando,
de 'fíjate, con qué me toca a lidiar', era brutalmente graciosa. Quizá no te
hace gracia, pero mírate un instante... dudo que físicamente no seas una tía
espectacular, siempre tuvo muy buen gusto (aunque le falló conmigo); y si te ha
elegido, algo tienes que tener en tu forma de ser. Eso sólo es su forma de
ser, le encanta, y no puedes cambiarle... Ni lo intentes. Te enamoró por eso
entre otras cosas, si le cambiaras dejaría de ser ese chico que te vuelve loca.
Ponle su canción... de vez en cuando... porque sí.
Respeta su pasión. Él
es su pasión y su pasión es su todo. Si no la compartes, a veces, te será más difícil
entenderle. Incluso, puedes creer que te valora menos, sin embargo, no es así, su
vida no se entiende sin su pasión y forma parte de él. Es complejo, pero estoy segura
que tú tienes una pasión propia, para poder disfrutarla, con lo que la empatía te va a ayudar enormemente.
Y algo más que lo hará es mantener
tu tiempo, tus aficiones, tus amistades, tus salidas,.. ten tiempo para ti. La
independencia es fundamental para él, y espero que tú la compartas.
Ríe, ríe mucho y
disfruta tanto con él, como yo lo hice. Incluso, de sus pataletas de niño de
cinco años. Sus taras son tan graciosas, que hacen de sus imperfecciones, la
perfecta perfección.
No le pidas que te
regale los oídos, no lo va a hacer, pero cuando te sorprenda con algún
comentario, saboréalo, porque va a ser, como ahorrar para cenar en un estrella
michelin.
En un silencio te
puede contar más que en dos horas de conversación. Aprende a descubrirlo. Y lo
mismo de su mirada... se expresa mejor con ella que con cualquier poema.
Supongo que ya lo sabrás, pero sólo quiero recalcártelo. Eso sí, nunca te va a
mirar cómo me miró a mí. Lo siento. Aunque seas su chica, yo le desmonté el alma y nunca
se recompuso. El miedo le pudo y yo no fui todo lo valiente que me hubiera
gustado ser… pero tampoco se lo tengas en cuenta. Piensa que no seré yo la que
reciba uno de sus dulces besos, la que le ayude con los problemas o la que
reciba flores por su cumpleaños... tienes todo ganado, excepto su mirada. Sin
más.
Hazle rabiar un poco
para que espabile, y no le des todo, como yo se lo di. Tiene una facilidad
innata para que salga ese niño que tiene dentro, pero alguien tiene que hacerle
ver que tiene una edad, aunque ser un niño también es necesario.
Respeta a sus amigos,
todo lo que quieres que él respete a los tuyos. La importancia de la amistad es
demasiado grande, como para no hacerlo. Y no muestres quien no eres a su
familia, si algo aprendí es que son la sinceridad y dulzura personificada, y te
van a tratar como si fueras una más siempre.
Viaja, enséñale tantos
paraísos que le quedan por descubrir, y rómpele las barreras que se autocoloca,
con un punto de locura. Y... llévale a la playa.
Ya, por último, hazle feliz. Por ti la primera, porque sé que cuando lo es, su felicidad se propaga de una forma tal, que plena cada rincón. Hazle feliz, porque es la personita más bonita que nunca conocerás. Hazle feliz, porque yo no pude hacerlo, y va a sorprenderte cada día con una razón para continuar. Hazle feliz y enséñale a vivir intensamente de esa felicidad. Y hazle feliz, por cada sonrisa que te va a provocar, y porque en el fondo, es lo único que importa.
Os deseo lo mejor.
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