¡Hay que querer! Quererse y querer a las personas que nos rodean, ponernos en su lugar para entenderles mejor.
¡Hay que querer! Querer conseguir nuestros sueños, ponerse en acción y buscar la manera de lograrlos.

viernes, 5 de septiembre de 2014

Polaridades

Dicen que los polos opuestos se atraen. Quizá sea por eso que nosotros nunca conseguimos mantenernos unidos.
Somos la versión de un mismo homínido con distinto sexo, la misma versión, macho y hembra, pero la misma versión.
Quizá sea cierto que los polos idénticos se repelen. Me gustaría saber qué se entiende por repeler.
Igual es por eso, que nosotros volamos en direcciones opuestas en cuanto entramos en contacto. 
Somos dos seres cortados por un mismo patrón, y nos hacemos un traje perfecto, cuando encajamos, pero no más.
¿Atracción, repulsión?
¿Polos equivalentes, contrarios o clonados?
Leí hace unos días que la única cosa que debes buscar en una pareja es que te haga sentir como realmente deseas. Es decir, la persona  que sería nuestra pareja ideal, es la que nos hace sentir ese algo que tanto nos gusta, bien sea de forma explosiva, cómoda, relajada, en tensión, alegre, acongojada o inferior, por decir algo; y para gustos, colores.
Sobre esto, creo que nos saltamos este paso. No nos paramos a percibir cómo nos hacemos sentir. Tú y yo, sólo sentimos.
Encuentros fugaces, en modo aleatorio, que nos hacen estar fuera de cobertura, y adentrarnos en nuestro universo particular de sensaciones y emociones, instantáneo.
¿Cómo me haces sentir? ¿Cómo te hago sentir? 
Dudo que lo sepas. 
Yo no lo sé.
Y eso, somos la misma versión...
Somos tan iguales, que no nos sirven las palabras. Mejor escrito, nos dan igual. 
Con un par de miradas nos decimos todo y más, nos hablamos en un idioma sordo, propio, pero para qué más, si con eso nos entendemos.
Me atraes como un polo opuesto, y te rehuyo tras transferirnos la piel, como un polo idéntico. Quizá tú hagas lo mismo.
Por otra parte, dicen que la igualdad es tan necesaria... ¿es tan importante la igualdad? Seríamos capaces de hacer cualquier cosa juntos. De eso estoy convencida. Estamos tan en línea, que todo el mundo podría pensar que no estamos en órbita, pero nos daría igual. Es más, nos da igual, ¿qué importa el mundo?
Aún así, de otra cosa también estoy convencida... contigo mi vida es el caos al cuadrado. Mi vida es un caos en sí. Tu vida qué te voy a decir. Viviendo el hoy, sin pensar en qué hacer mañana, porque es perder recursos, ya que quién sabe qué situación tendré al amanecer. Y tú, haces lo mismo. 
Nos falta la "estabilidad" cuando somos uno. No tenemos criterio futuro. Ignoramos que igual es bueno pensar antes de actuar. Dormimos cuando tenemos sueño. Nos tiramos a la piscina de cabeza, sin comprobar si hay agua, está profundo o es obvio que nos vamos a dejar el cuello en el salto. Comemos cuando nos rugen las tripas. Planificar no entra en nuestro vocabulario, y gastamos el dinero cuando nos apetece, porque ¿qué sentido tiene guardarlo o hacer planes, si es posible que mañana me parta un rayo?
Ya ves, eso somos.
Polos idénticos, y yo... Necesito la calma. Mi vida necesita a ese alguien que me da una perspectiva distinta, que me hace relajarme, reflexionar, ver el mundo de otra manera, disfrutar de los atardeceres mirando cómo se esconde el sol desde una ladera en silencio y observando al infinito. Necesito el no, que evite que vuele en mil fantasías ilusas. Planificar el mes que viene barajando opciones... bueno, tanto como el mes, igual con la semana que viene ya me es suficiente. Necesito tener ritmos vitales algo más definidos. O ahorrar de vez en cuando, por si acaso, por ese viaje o porque quiero comer en un restaurante caro. Y lo que considero esencial, necesito aprender de quien comparte mis momentos. Aprender...
Somos tan iguales que quizá nos perdemos algo tan importante, aprender del otro. Sabemos exactamente cómo vamos a actuar, aunque nos sorprendamos de nuestras locuras, los gestos imprevistos que nos dejan en shock, o de la similitud de nuestras opiniones... en sí, esa inesperada forma de actuar, es nuestra forma de ser, con lo que a pesar de la sorpresa inicial, entra en nuestros planes. 
Tenemos la misma opinión de qué es la vida. Nos gustan las emociones fuertes, improvisar, vivir la vida con la intensidad máxima... ya sabes, vivir el caos.
Y la vida es puro aprendizaje, con o sin caos. Compartirla con un polo opuesto nos da la oportunidad de lograrlo. Un polo idéntico al cuadrado, no da más de sí, en la mayor parte de momentos. No creo que nos repelamos, la verdad es que no lo creo; pero sí pienso que nos perdemos una parte vital, que no nos dejan ver nuestros ojos sincronizados. Y pensamos idéntico...


Quizá nuestra historia sea mejor dejar de atraerla. Como fieles buscadores de emociones, ya nos hemos emocionado unidos mucho tiempo, y puede que haya llegado el momento, de buscar un polo opuesto, que nos compense nuestros desequilibrios. ¿Un reto innovador? 
No te digo adiós, quién sabe qué será mañana, si nuestros caminos nos harán pisar la misma piedra una vez más, o no. Quizá el intento de dar un paso más en nuestras venturas juntos, ha sido lo mejor que ha podido ocurrir. Un intento que sólo se quedó en una visión de intento. Y no te digo que lo volvamos a intentar, porque no tiene sentido ya.
Quiero aprender de mi caos, y del equilibrio que no puedes darme. 
Y tú y yo somos la misma versión. 
Y tú y yo pensamos lo mismo. 
Suerte en la búsqueda de tu polo opuesta.

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