¡Hay que querer! Quererse y querer a las personas que nos rodean, ponernos en su lugar para entenderles mejor.
¡Hay que querer! Querer conseguir nuestros sueños, ponerse en acción y buscar la manera de lograrlos.

lunes, 18 de mayo de 2015

Preguntas... sin respuesta

¿Conoce alguien la manera de sacar los pájaros de la cabeza?
Creo que cualquiera me entiende, ¿no? Pájaros. Esos que revolotean como si no hubiera mañana, como si fuera la última noche de nuestra historia, como si las lágrimas fueran algo que nunca sabemos que cierran cualquier episodio de esta historia que empezamos, aún no sé bien porqué. Pajarillos, pajarracos y pájaras, que inunda mi cabeza, haciendo que vuele, vuele y vuele en un universo de ilusiones ilusas, astiadas de no verse convertidas en realidad.
  
¿Cómo puede algo brillar por su ausencia? 
Y, repito, ¿cómo? Si la ausencia, es el vacío, la nada, un agujero negro espacial, el más allá a la muerte, el silencio del ruido, y en todos ellos no hay brillo que valga, reluzca o resplandezca, porque simplemente no hay. Es utopía, redundancia o error semántico, ¿quizá?
¿Quién puede cambiar el color de una noche y pasarla en blanco? 
Cuando todo lo inunda la oscuridad, esa que ciega, hasta al más lince de la manada; cuando todos los gatos son pardos y... todo nos confunde, ¿cómo se pasa en blanco una noche? Y te habla una nocturna que ha visto mucho negro en sus eternas noches, y que piensa, que igual en Ibiza, se pasa en blanco, cualquier ratito hasta el amanecer, pero, ¿acaso existe un juego cromático que pinte de blanco una noche más?

¿Cómo se vuelven locos a los huesos? 
O mejor... ¿cómo volver locos a tus huesos? La receta. Necesito de una pócima con la que retar al destino y hacer que tus huesos mueran por mí. ¡Qué enloquezcan! Enloquezcan hasta que pidan ser metidos en un psiquiátrico. Necesito toda la locura del mundo condensada en un frasco, para hacer de nuestros esqueletos con vidas paralelas, una fusión ósea de calibre destino la eternidad. Que esos huesos que me inspiran los días, se eclipsen por una chica del montón, que sólo pretende ser la chica...

¿Puede cualquiera hacer el primo? 
Pregunto o digo yo que tengo primos varios, sin vínculo familiar, genealógicamente hablando. Es cosa de hacerlo, de hacérselo o de que alguien te tome como familiar, sin serlo, y como dicen, la confianza da asco, hasta el punto de que te toman por primo tonto.

¿Se enseña en alguna academia cómo bajar de las nubes?
Qué maravilloso el cielo azul de nuestro planeta... Y qué maravillosa subir a las nubes. Subir allá arriba, para volar a kilómetros de distancia de la superficie terrestre, sin destino, ni rumbo fijo, sin alas, sin paracaídas que te proteja cuando pierdes fuerzas para seguir en los cúmulos de vapor de agua y te estampas contra el suelo sin piedad. Ahí, duele. Es tentador subir a las nubes, pero me gustaría saber la manera adecauda de bajar de ellas, sin que me queden cicatrices del golpe. ¿Será cosa de la gravedad?



¿Alguien sabe deshacer nudos en el garganta?
Esos que parecen hechos por expertos marineros, de los que no se desnudan ni en una película porno, de los que te dejas la piel y las uñas, e incluso los dientes, pero se te resisten de tal manera que lo pierdes todos. Nudos de esos, que se agarran a tu cuello, te atrapan y te dejan sin aliento, sin esperanza, y duelen como si toda esa gente que te rodea y que está esperando cogerte de la mano para ir aflojando cualquier nudo, parece que no han existido jamás, porque no les ves, porque los nudos aprientan tanto que suben a los ojos y no nos permite mirar más allá de aquello que nos encoge el alma... y la garganta.



¿Conoce alquien la manera de sacar las mariposas de mi estómago?
Todas. Que no quede una sola, ni una que se pueda reproducir, porque les tengo miedo. Y es que las mariposas me agitan, me emocionan, me sacuden, me cambian el brillo de mis ojos, suben a mi boca y me eternizan mi sonrisa, y no sé como, supongo que fabrican un ácido extraño en cada digestión, que me hace que sólo piense en ti... Y necesito saber cómo mostrarles el camino que haga que salgan de mi estómago, y me dejen como estaba antes de conocerte, me urge una guía, de cómo ver una luz al final del esófago, para toda esa manada de mariposas que sólo hacen que revolotear por todo mi interior.



Y, ya, por último... ¿Cómo ser a la vejez viruelas, si tengo ese apellido desde que nací?  




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