O
puede que no.
Quizá, hoy
no es un día más.
Hoy,
empezó como un día cualquiera.
Un
día típico de una parada más, que comenzaba a las 9:46h.
Me
levanté, puse música para ambientar mi mañana, abrí ventanas para que iluminaran
mi rostro los rayos de sol, preparé mi primer nesquik y, simultáneamente, se iba
encendiendo el portátil.
Empiezo mi rutina... Portales de empleo, búsquedas, revisar e-mails, me acabo el vaso de nesquik (cargadito), respondo e-mails, mando e-mails, recibo dos wasaps, visito las webs del servicio de empleo autonómico y estatal, reviso candidatura, búsquedas, más búsquedas,...
Fin.
Me
estiró en la silla, miro el reloj y son las 12:02h.
Sin nada interesante qué contar, ya casi pasó la mañana, y no me moví de la silla.
Me
pongo a limpiar la casa, esa que hace mucho que me dice que es hora de volar de
ahí, de dejar esas cuatro paredes, recoger los recuerdos y buenos momentos,
empaquetar solo lo que me haga falta y emprender un nuevo camino, lejos.
Acabaré
la limpieza para preparar algo para comer, relajarme un rato y pasar la tarde
descargando adrenalina con algo de deporte.
Porque hoy
es un día más.
O
quizá no.
Hoy
es un día más, de mierda.
Porque
el optimismo diario se tiñe de negro y me planteo qué hay de malo en mí, qué
ocurre, qué está pasando...
Días,
semanas, meses, e incluso años, son los que se acumulan de entrevistas con
buenas y malas sensaciones, días de prueba, promesas de empleo, llamadas que
nunca llegaron, expectativas de un futuro mejor, esperanza en esa voz que te
dice que te llamarán en breve, pases de una primera fase que nunca llega al
final, preselecciones, envíos infinitos de tu cv, anuncios en mil webs
distintas, formación...
Todo pesa ya, demasiado.
Todo pesa ya, demasiado.
Hoy
es uno de esos días, que analizo todo lo ocurrido desde que finalizó aquel último
contrato, que nadie me ayudó a conseguir y lo gané con esfuerzo de años. Y no entiendo nada. No entiendo cómo no existe una sola persona sobre la superficie
terrestre que, en todo este tiempo, no haya decidido darme una oportunidad,
valorar mis habilidades, formación y experiencia, reconocer mis ganas de darlo
todo laboralmente; decidir que soy la candidata ideal, para el puesto que tiene
vacante; arriesgar por mí...
Hoy
no hay ni una persona así, y hace mucho que no la hay.
Y un hecho tan simple como ese, me hunde en el infinito de la gravedad terrestre.
Y un hecho tan simple como ese, me hunde en el infinito de la gravedad terrestre.
Por eso, hoy, es un día de mierda; porque tras la rutina diaria, y haber hecho
todo lo que está en mi mano, día a día, para tener un futuro (que miro ilusionada y con mil planes variados)
mejor, me doy cuenta de que hace mucho que me auto-repito eso de que "ya me
toca", pero no. No toca. Y... Sigue buscando.
Hoy,
me doy cuenta de que esa ilusión en un mañana, con un empleo que me haga sentir
útil, válida y me recompense el mes con bromas y broncas con los compañeros, sobredosis de tareas, reuniones eternas y un sueldo medianamente digno; es
una ilusión vacía de contenido.
Hoy,
me planteo qué hago e hice mal, qué más puedo hacer, y si será real aquello que una
vez me dijo un "amigo" de 'con lo crack que tú eras'... porque sí, debe
ser que, en algún momento, dejé de serlo, y estas son las consecuencias... Años de inactividad.
Una
parada más.
Imagino que son muchos y muchas los que están como yo. O no. Porque mi entorno, no me dice eso. Pero como quién no se consuela es porque no quiere, pienso que hay gente en mi misma situación... y no me consuela. No me elimina la sensación de futuro negro, no me gira 180º las expectativas de seguir así mucho tiempo más, no me hace sentir mejor, menos inútil, menos enferma de infravaloración, no varía nada lo que pienso.
Imagino que son muchos y muchas los que están como yo. O no. Porque mi entorno, no me dice eso. Pero como quién no se consuela es porque no quiere, pienso que hay gente en mi misma situación... y no me consuela. No me elimina la sensación de futuro negro, no me gira 180º las expectativas de seguir así mucho tiempo más, no me hace sentir mejor, menos inútil, menos enferma de infravaloración, no varía nada lo que pienso.
Y con la sensación de que me machaco, de que esto no me ayuda nada, y de que lo único que puedo hacer es pensar en positivo, no rendirme y luchar a diario,... no cambia nada, y hoy no es un día más.
Sigue buscando.
Lo que buscas y anhelas existe, lo he visto. En una tierra diferente. Lejana, aunque no tanto. Más allá de los Pirineos
ResponderEliminar