Odio por completo, cada uno de los días como hoy,
esos en los que abro los ojos y sigo sin ver nada, pero me calan de humedad el
poco amor que me tengo y me enclaustran en el fondo que hace mucho que hice que
mi suelo pisara.
Me odio, por no avanzar, por prometerme dejarte
atrás de una vez por todas, por no sentir que te odio, por todo eso que me hace
sentirme la persona menos válida de la vía láctea, por pensar que te quiero
como amigo, cuando asumí que en esta vida lo único que deseo es que me prepares
el desayuno. Me odio, por mucho, por mucho más, pero sobretodo, por no ser
capaz de plantearme un futuro sin ti...
¿A quién voy a engañar? A mí, lo dudo.
¿A quién voy a engañar? A mí, lo dudo.
Me enquista el deshielo de una relación que ni permaneció, las formas de pensarte, de reírte, de idolatrarte... ¿Lograré
autosuperarme en el nivel de gilipollez extrema al tener de nuevo tu ausencia?
Ausencia esperable, pero...ausencia, al fin y al cabo...
¿A quién voy a engañar? Yo no puedo ser tu amiga,
ni tu conocida, ni tu colega, ni tu nada!! Yo sólo puedo ser algo que tu mente
inquieta no comprenderá jamás... yo quiero ser la que llene de sonrisas,
caricias y torpezas, cada una de tus 24h diarias. Quiero ser la única que te
haga cosquillas, quiero ser la única que sueña con mil planes juntos...
Soy gilipollas...
Y a quién voy a engañar, si no logré jamás
hacerlo.
Te odio por ser tan egoísta, por no dejarme
ayudarte, por ignorarme cuando necesito que aparezcas, aunque sea para joderme
la vida un poco más y alterar mi ritmo vital acostumbrado a tus respuestas a
medio gas... te odio por respuestas absurdas, por leer tus silencios, por toda
tu forma de no decir nada.
Te odio por ser el objeto al que me aferro para
seguir ahí, porque no mereciste ni una mínima parte de todo lo que te di.
Te odio.
Te odio porque a mí también me jodieron la vida,
pero te encontré... y... y, ¿qué? Si tan simples sois, si os mueve la carne, si
un polvo más que apuntar es lo único que importa...
Te odio...
Me odio por quererte, y no conseguir odiarte más,
por cada lágrima que sigue cayendo a mi garganta, por tu forma de regresar, por
decir siempre las palabras exactas, por tu saben estar...
¿Tan difícil es dejarme vivir? ¿tanto?
No lograré jamás saber qué te pasa por la
cabeza... jamás... y allá voy, derecha a reducir esos miles de "te quiero" que nos
separan, física o emocionalmente, al mínimo. Pero, a saber...
Y seguiré sin entenderte, sin olvidarte, sin
sacarte de mi presente y sin entender que toca, ya no cerrar puertas, si no poner
una bomba y derribar toda esa casa que construimos...
O... construí... :(
Y claro, también seguiré sin entender... me.
Porque no quiero saber qué guapo hubiera sido mi
hijo, si hubiera sido contigo...
Porque tú elegiste, y yo asumí que joderme la vida
era uno de los riesgos... y aquí estoy, consiguiéndolo día tras día.
Pero... queda mucho año por delante... y necesito
un café, con alguien que me estimule, con cafeína de por medio.
Pufffff... me va a costar mandarte en viaje
de "ida y no vuelta" a un pasado muy, muy lejano.
Pero, sabes yo ya... lo hice todo... y tú... tú no
fuiste capaz de nada. Te felicito, arruinaste dos vidas en una jugada, buen lanzamiento de dardos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario