¡Hay que querer! Quererse y querer a las personas que nos rodean, ponernos en su lugar para entenderles mejor.
¡Hay que querer! Querer conseguir nuestros sueños, ponerse en acción y buscar la manera de lograrlos.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Improvisando...


No sé ser pareja de nadie, he llegado a esta conclusión después de años sola. Todos más bien. Supongo que esto es algo que ese aprende, y se aprende con una pareja con la que lidiar, y concretando que carecí de ella durante décadas, no aprendí nada.
“No sé vivir, estoy improvisando” se hace más real, quizá, ahora; “no sé ser novia, estoy improvisando”… 
Pero, a veces, la vida te hace aprender sin quererlo, y en este momento, me encuentro en ese capricho de la vida.
Tengo mil razones para aprender a intentar ser novia de alguien, que tiene unas cuantas taras, pero millones de cualidades. Seguramente, no le interesa a nadie todo lo bueno que tiene, pero voy a contarlo igual, así que, como diría Buzz Lightyear: hasta el infinito, y más allá... ¡Allá voy!
Me encanta… me encanta verle sonreír... ¡¿Tanto!? Siempre. En cualquier momento. En cualquier situación. En cualquier lugar. Es un bálsamo su sonrisa, es volver un día gris, en soleado; son las ganas de estar juntos, porque sintiéndose él feliz, me pongo yo.

 
Me encanta que venga cuando hay algo que no va bien entre nosotros, cuando discutimos. Que de ese paso necesario y busque la forma de solucionar la situación. Que no haga como si no le importara nada, como que no va con él. Eso me encanta.
Me encanta que sea un libro abierto para mí, con mil capítulos por descubrir. Un libro de esos que enganchan, con historias y personajes increíbles, con moraleja final en algunos capítulos, y con algún que otro momento triste. Eso sí… no tengo ni idea de qué género es.
Me encanta que me hable y no pare de hablar, que me cuente mil anécdotas y aventuras, sobre todo cuando lo tengo a mi lado. Y es que no hay mejor forma que esta para demostrar todo lo que confía en mí.
Me encantan esos ojos sinceros, que muestran todo lo niño que es y seguirá siendo. Aunque a veces, lo olvide y solo se empeñe en sacar su faceta más adulta… “¿Dónde está mi Peter Pan?"


Me encanta ese toque de chulito, de chico seguro y “arrasador”, que se come la vida y la devora, y, que, sobretodo, sabe lo qué quiere.
Y, a la vez, me encanta todo lo sensible que puede llegar a ser. Es alguien que capta el dolor y lo siente, se contagia de las alegrías y vive como propios los problemas de los demás para poder ser de ayuda.
Me encantan sus valores: su lealtad, el esfuerzo, empatía y compresión. Se entrega en cada trabajo que hace, hasta quedar exhausto. Se da entero a cada persona que entra en su círculo de confianza, y de tan entero, acaba perdiendo trozos, en más de una ocasión.
Me encanta que me cocine, que sea mi chef particular y experimentemos juntos con mil sabores distintos. Sí, me encantan además, nuestros antojos e ideas locas y disfrutar de la comida con él, a cualquier hora y en cualquier lugar. 

 
Y, me encanta que sea tan, tan, tan espacial, como para haber nacido un 29 de febrero… Bueno, en realidad, no. Realmente, me encanta ir descubriendo que somos tan iguales que vemos el mundo a través de los mismo ojos, y eso… eso es difícil de encontrar.

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