¡Hay que querer! Quererse y querer a las personas que nos rodean, ponernos en su lugar para entenderles mejor.
¡Hay que querer! Querer conseguir nuestros sueños, ponerse en acción y buscar la manera de lograrlos.

jueves, 24 de abril de 2014

El RAP de mi abuelo

Ayer me llamó mi amiga Laura. Es la típica amiga a la que nada le sale bien nunca, lo intenta, pero nanai de la China... ¡Laurita nació con el gafe incorporado en su ficha de nacimiento!
Necesitaba ayuda. No es sorpresa. Sus llamadas sólo son un SOS en toda regla, sin tapujos, sin '¿te va bien que hablemos?', sin preguntas al oyente, es "escúchame que va una gorda y cállate".
Después de endulzar mis oídos con escenas de guión escabroso, me dejó hablar para que le diera una solución...
Del estilo "abracadabra pata-de-cabra", pero a día de hoy sigo sin tener de ellas, ni en mis armarios, ni en mis cajones, así que, intenté darle luz con las cosas que la vida por suerte, o más bien por desgracia, me ha enseñado.
Primer reto del lunes, ¡para empezar con ganas la semana!
Negar que la cosa tenía su miga y su dificultad, no es nada original, pero en realidad, no tenía ninguna razón para mojarme y decirle qué posible opción de solución veía o qué hubiera hecho yo, así que le conté la historia del rap de mi abuelo.
Como decía mi abuelo, un problema de tal calibre sólo tiene una solución. Necesaria y suficiente, pero sólo una. Como casi todo en la vida, que si bien "todos los caminos llevan a Roma", si puedes coger uno cómodo, con brisa que te refresque, buena compañía, corto y suave; mejor que coger uno largo, con un sol de justicia y sin sombrero, compañeros espantosos y bambas en los pies que te duelan, ¿no?
Entonces, ¿qué se puede hacer?
1. Ignorar
Ignorar el problema, no te hace solucionarlo. Ignorar, como decía mi abuelo, sólo es obviar su existencia. Esto puede hacer que: a) atrases el plan de acción necesario; b) te creas que no piensas en lo que ocurre (no te engañes porque antes de dormir aparecen los fantasmas...); c) salgas de casa como la happy flower que te consideras que eres hasta que veas que no eres tan happy, ni tan flower; d) la gente a tu alrededor note que te pasa algo a ratos, pero no acabe de discernir si te vas de la pinza, o algo pasa de verdad; e) el milagro que deseas que ocurra, digno de Lourdes, acabe ocurriendo (eso si perteneces al universo beato, cosa que yo no)... pero ignorar un problema, no lo soluciona. Sólo lo ignora.
¡Ah! La versión de ignorar procrastinando, es más de lo mismo.
2. Huir
Ídem con la huída. O peor, tal vez. Huir es mostrar tus miedos, tus excusas, tus nulas habilidades para afrontar el problema, tus inseguridades, tu poco valor... pero además, empleando recursos. Es reconocer que existe un problema, verlo, y correr cual Speedy González... ¡Ándale! 



Gasto energético absurdo, ya que huir sólo te hace eso, huir. La solución de huir es como querer engañar a un chino. ¡Va a ser que no! Y es más, huyendo perfilas tu identidad de niño en la etapa adulta. Sacas a la palestra ese espíritu infantil, como cuando el cristal roto del balonazo no era cosa tuya y te faltaban piernas para llegar a tu portal y quemar el timbre. El cristal seguía roto.
Conclusión: solucionar problemas huyendo te hará mostrar tu ignorancia, tus déficits y tus miedos, pero me da que eso de solucionar... nanai.
3. Cargarle el muerto a otr@
Si el otr@ en cuestión es alguien que ignora el follón en el que le estás metiendo, tiene tiempo-ganas-dinero, o se cree con la responsabilidad de llevar a cabo la solución y cuela, puede que la probabilidad de solución exista. Que no quiere decir eso que sea la solución correcta, ya que consecuentemente puede que el problema deje de ser problema, puede que se agrave y sea peor, o puede que en el mejor de los casos, la cosa se quede como está y no varíe nada. Asegurándoos que la gente a vuestro alrededor pertenece a una "clase" fácilmente manipulable, tiene alma de Teresa de Calcuta o Jesucristo y lo daría todo por vosotr@s sin que merezcáis nada, podéis optar por esta opción, aunque nadie promete que sea la más efectiva.
4. Pagar
Dicen que todo tiene un precio, y puede ser. Aunque también dicen que puedes pagar por sexo, pero no por amor; con lo que puede que no todo pueda pagarse, ¡quién sabe! Si eres alguien que posee pasta gansa, en un paraíso fiscal por ejemplo, y te va el look de 'sobrao', llena un cheque con muchos ceros, pon de destinatario 'el portador' y puede que esta opción te sirva. Si eres como la mayoría de los mortales, ¡sigue buscando!
5. Cantar un "RAP"
Y he aquí, la solución adecuada, la única, LA solución. No, no me he bebido el agua de los floreros, ni me he transformado en "hip-hopera", tampoco os incito a tirar de Nach o Chojín, pero la solución, como decía mi abuelo, es el RAP. Reconocer, Analizar, Planificar... y ¡volverse loc@ cantando un rap o lo que surja! Ante un problema lo primero, es reconocer que existe, asumir la situación, aceptar qué hay. Algo simple de decir, pero no muchas veces de lograr. Una vez reconocido, lo segundo es analizar qué ocurre: personas implicadas, desde cuándo está, su gravedad, etc., análisis que es importante para llegar a la solución. Y el último punto, planificar cómo resolverlo, diseñar un plan acción-solución, que necesita de mucha locura.
¿Cómo volverse loco? Pues hay muchas opciones, sin necesidad de tomar sustancias prohibidas, pasarse tres días sin dormir o hacerse amiga de cualquier friki; lo más eficaz es hacer algo que nunca has hecho, o que no crees que harías. Recuerda, eres capaz de todo, y cuando digo todo, digo todo. Situaciones como salir a la casa en pijama, cantar en el bus repleto de desconocidos, irte de compras y probarte todos los conjuntazos élite del chonismo, probar una nueva comida afrodisíaca, hacer una escapada, bailar mucho, mucho, y mucho, al estilo exagerao; darle tu número en un papelito al camarero mono del bar de la oficina; presentarte a quien se siente a tu lado en el bus e invitarle a un café porque sí... y mil cosas más, que te hagan salir de tu rutina, de tu comodidad, que te obliguen a ser alguien distinto, para poder coger una perspectiva diferente de la vida, y buscar la solución del problema desde otro ángulo. Y una cosa más (muy esencial), tirar de corazón al tomar la decisión de cómo solucionar el problema, y ponerla en acción, sin prisa, pero sin pausa.
¡Y ese el rap de mi abuelo!
Como le dije a mi Laurita: "nena, se valiente, arriesga, sal de lo de siempre ante las situaciones que te trastocan. Vivimos encerrados en un círculo vicioso vital y la vida está para saborearla con sus dificultades, probar cosas nuevas, enfrentarse a los problemas buscando soluciones no escritas... así que ¡vuélvete loca y se creativa!"
La vida sabe mejor improvisando que teniéndola escrita de antemano. Y los problemas, se cogen por los cuernos, se machacan buscando sus características y peculiaridades, se asumen y se intentan solucionar saliéndose del camino, tomando decisiones, buscando ayuda y con una sonrisa. Puede que salga mal, pero haciendo lo de siempre no se avanza nada. Puede que salga mal, pero probar algo nuevo hace que nos sintamos mejor. Y puede que salga mal, pero también puede que salga bien.
Y mi amiga Laura, seguirá con su gafe hasta el fin de los días, pero cada día es una tía mucho más positiva... ¡y yo me alegro de que cante el rap de mi abuelo!




No hay comentarios:

Publicar un comentario