¡Hay que querer! Quererse y querer a las personas que nos rodean, ponernos en su lugar para entenderles mejor.
¡Hay que querer! Querer conseguir nuestros sueños, ponerse en acción y buscar la manera de lograrlos.

sábado, 12 de abril de 2014

La receta de la tortilla

Era una tarde de noviembre del año 1989. La naturaleza inquieta y curiosa de la niña rubita y pizpireta que era, se sobrepuso en el instante en que mi madre se preparaba para hacer la cena. Me adentré en la cocina y con un: '¿eso cómo se hace?', me tenía subida al taburete y con las manos en la masa. Aunque en realidad, esa noche tocaba para cenar tortilla francesa.
Aquella tarde fue mi primera lección culinaria. Pero a su vez, fue mucho más. En aquella cocina,
mi polifacética madre me dio toda una lección de vida, de la que en ese momento, mi entendimiento no supo comprender... ¡ni papa!

Supongo que con 5 años, la mente da para lo que da, pero misterios de la mente, sí recordó a la perfección todas las palabras versadas por aquella modelo experimentada, que era para mí, mi progenitora.
- "Necesitamos un plato hondo, tenedor, un par de huevos, aceite, la pizca exacta de sal y ganas de revuelto y de hacer ruido... ¡como en la vida, hija! Porque a la vida, hay que echarle huevos, y con uno la tortilla no queda mal, pero con dos, puedes con todo. Son la gasolina del todoterreno de tu cuerpote. Acuérdate pequeña, a la tortilla y a la vida, hay que echarle dos huevos".
- "¿Y la sal? ¿sirve de algo con lo pequeñita que es?" - dije yo.
- "Pues hija, sin sal la vida no sabe a nada, como la tortilla! Sin sal, no hay sabor, no hay pasión, no hay alegría, todo tiene menos sentido".
La lección siguió con los pasos necesarios de la
supuesta receta de la tortilla francesa. Y paso uno, aprender a abrir los huevos. Que tiene su aquel y más, con unas pequeñas e inquietas manos, como las mías. Fue toda una experiencia sensorial. Da miedo saber que se rompe algo tan frágil... Ahí, no sé si me dio por pensar que mi madre estaba loca o no entendía aún qué era irse por las ramas, pero de lo que estoy segura es que mi madre estaba filosófica esa tarde de otoño, y siguió con su raro discurso, o eso era lo que yo percibía...
- "¿Observas cómo esa cáscara protege algo tan preciado como la yema y la clara? El corazón del huevo va cubierto de un caparazón. Todas las personas acabamos protegiendo nuestro corazón con caparazones, como los huevos; por eso hay que saber abrirlos de la forma adecuada. Abrir bien un huevo permite saborearlo. Romperlo mal, es destrozar el corazón, hija. No rompas huevos, que no vas a saber degustar. Eso lo hace gente con muy poco amor que dar, y en la cocina, como en la vida, hay que poner el alma. Hay que poner mucho amor. Y asimismo, la vida sin amor... la vida no tiene sentido. Tienes que quererte a ti, y a todas esas personas que te rodean. Recuerda, que la cáscara del huevo protege su corazón, al igual que los caparazones de las personas sólo esconden, o protegen más bien, la esencia de cada uno. Aprende a no romper huevos que no vas a saborear, ni corazones que no vas a amar".
¿Creéis que eso fue todo? ¡Ah, no! Para nada, toda receta tiene sus pasos y sus trucos, así que faltaba lo referente a la metodología culinaria de la tortilla...
- "Tenemos nuestros huevos en el plato y hemos puesto la sal adecuada, ¿Qué hacer? Pues batir, batir con fuerza con el tenedor. Los huevos hay que batirlos con tanta fuerza como necesita la vida para afrontarla. Y lo mejor, es que tienes que tener ganas de ruido, pequeña, mucho ruido. Y ganas de revuelto. No sirven de nada, dos huevos y una pizca de sal, si no sabes mezclarlos y batirlos, para hacer un manjar. Una deliciosa tortilla requiere mucho ruido, y la vida ¡también! ¿a ver cómo lo haces?"
Esto sí lo entendí. Me adueñé del tenedor y del plato, y con todas mis frágiles fuerzas infantiles, hacía resonar cada golpe en la porcelana, como si me fuera la vida en ello. Y es que una amante de las mascletás como siempre he sido, 'ruido, ruido' me decía a mí misma mientras batía con tesón, imaginando un tac-tac-tac-tac, como tirando masclets.
Ya teníamos la tortilla lista para ir a la sartén. Aunque esa tarde, no siguió mi aprendizaje en lo que a fogones se refiere, y el correcto manejo de los fuegos, fue la siguiente lección que mi madre me dio en una cocina... sobre la vida.
Aquella cena quedó en el recuerdo, me supo deliciosa la primera tortilla, "made in me" de un par de huevos. La compartí con mi hermana mayor, con una sonrisa que no me cabía en mi cara de pan, feliz por haber cocinado aquel manjar... e ignorando que no sólo acababa de aprender cómo hacer una tortilla, mi madre acababa de darme la receta de la vida, aquella tarde del 1989... sin entender ni papa en aquel momento, ¡todo hay que decirlo!


6 comentarios:

  1. Wow Ana, que xula la reflexió....a la vida hay que echarle huevos! I cert es que hi ha coses que sen's queden grabades de nanos sense entendre ni pipa, i quin moment més woooooow quan et fas major i entés que volia dir alló.....un guinyo i un abraçot!!!

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    1. Gràcies guapa!! Si, cal tindre ous per afrontar les ventures i desventures de la vida! I de a nena, suposse que té una ment massa privilegiada! Jejeje... no sé si potser possible recordar tan be, una situació que no s'enten mentre es viu, però és cert que de la infàcia molts aprenentatges queden gravats amb força!!

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  2. Acabo de descubrir el blog,... i no m'agrada,... m'encanta! Llegir-lo m'ha fet traure un somriure de com es i com hi ha que afrontar la vida. Besitets xati!

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    1. A mi m'encantes tú!! moltes gràcies guapa, espere que ara que m'has decobert continues ací!! petonets!!

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  3. Anita! Por fin me he acordado de leer "la receta de la tortilla" y me ha encantado por esa lección de vida que entraña una sencilla tortilla… Sabes que tienes futuro y piensa, que si alguien no te alegra el día con flores (ya me entiendes), estás alegrando el día de muchas personas que leemos el blog y debes sentirte muy orgullosa! Un beso campanilla ;)

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    1. Oooh, qué bonica eres Àngi! Sabía que te gustaría la tortilla francesa aunque dijeras que no, jejeje... el futuro está en alguna parte, sólo necesitamos que nos sonría con las ganas que nosotras lo hacemos!! Muchas gracias por tu motivador comentario, por las flores y por leerme!! :D

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