¡Hay que querer! Quererse y querer a las personas que nos rodean, ponernos en su lugar para entenderles mejor.
¡Hay que querer! Querer conseguir nuestros sueños, ponerse en acción y buscar la manera de lograrlos.

sábado, 13 de diciembre de 2014

Deshojar margaritas

No quiero deshojar margaritas. 
No quiero, porque si una me dice que sí,.. uuffff! Si esa margarita me dice sí, yo mutaría, emulsionaría, me transformaría. 
Porque me lo voy a creer... ¿me oyes?
Voy a creer que me quieres. 
¿Lo entiendes? 
Lo voy a creer.

 
 
Y digo creer, porque en esto del amor, saber está de más y no hay seguridad que valga cien años.
Y lo voy a creer, no porque ese último pétalo sea el listo de la margarita. No, no es por eso... 
Lo voy a creer porque por mucho que lo intente negar,.. yo...
y te intentes autoconvencer,.. tú...
me quieres... y lo haces, ¡como nunca has querido a nadie!
Me quieres como no esperaste jamás querer, como ni en tu plan de vida ideal soñaste, como un amor con plan de jubilación incluido que te ofrece una vida ideal hasta el final.
Pero te empeñas en disimularlo... ¡ay!
Lo complicas todo, todo y más. 
El mito de que las mujeres son las complicadas, como muestra tu caso, falla contigo. Así que, sí; te escapas a mi entendimiento normal y haces de mi vida un parque de atracciones singular, por llamarlo de alguna manera lógica.
O te regalo una explicación alternativa, tus dotes de actor y tu sueño frustrado, lo reflejas en tu día a día y eso, no es bien.
No es bueno que no me dejes fluir, no te dejes, no nos dejes. Dejarse llevar suena demasiado bien, decía Copenhague... No es aceptable para tu corazón que lo mantengas entre rejas de por vida. Sácalo de esa prisión de miedos, permite que derroche su talento entre tú y yo... ¡permítelo!
Y sé que te aterroriza que no pueda prometerte amor eterno. No me culpes de no poder ser una hipócrita jugando a adivinar un futuro de película, eso no te lo puedo escribir en una lámina irrompible, con firma incluida. Sé que hoy me muero por ti, y podría arriesgar todo lo que tengo a que lo haré igual (o más, si cabe) dentro de una semana... pero no más. 
No me pidas algo que no pueda darte. 
Yo te quiero hoy, sin duda.
Y si sigues con las dudas, puedes jugar con las margaritas, quizá a ti te saquen de dudas, con un SÍ, en mayúsculas, sobre lo que te quiero.
 

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