¡Hay que querer! Quererse y querer a las personas que nos rodean, ponernos en su lugar para entenderles mejor.
¡Hay que querer! Querer conseguir nuestros sueños, ponerse en acción y buscar la manera de lograrlos.

viernes, 28 de marzo de 2014

El Malote

Me conquistaste con ese aire de todo y de nada. 
A la vez. 
De todo vale y de nada importa. 
Me conquistaste, desde el centro de la pista, con esa arma arrojadiza de mirada felina y salvaje, que me dejaba desnuda y tiritando, acorde a mi disfraz de niña buena. Y con ese singular toque de caderas, al compás del ritmo de la noche, ¡yeah!
Me flasheaste in situ, y me costó decidir, lo que cuesta echarlo a suertes con una moneda...
¿Cara o cruz? 

 Y es que cuando el angelito malo te dice: "¡a por ello, oe! Y... ¡date prisa, nena! Pruébalo esta noche, porque repites en el desayuno seguro, y es que ese cuerpo te está diciendo: te invito a pasar una velada sin reloj y sin que importe qué pase mañana"; todo lo que el angelito bueno diga, todo, sirve... ¡de poco!
Y mira que lo intentó el pobre inocente: "seguro que es un picaflor, que no sabe comprometerse", "¿sabes cómo acaban estas cosas, no?", "¿no aprendiste bastante con el último, que quieres su versión actualizada?", "llorar, tu destino es llorar"; "luego no me vengas con que no avisé", "pero qué descarado, que no para de mirarte con deseos ocultos", "es un casanova de guión, seguro que no te hará feliz"...
Mientras el pobre angelito se esforzaba con todos los boletos de "siga buscando", yo estaba en modo: '¿perdona, qué decías?', camino de la barra.
Me acerqué "causalmente" con la intención de ser invitada a un chupito, o lo que surja... y así fue. 
No te quitaste el disfraz de chulo madrileño en toda la noche y ese aire de "lo tengo todo controlado" fue la guinda al pastel, que me esperaba a medio hornear. 
Eras un malote, en cuerpo de malote, con cara de malote, con pose de malote... y yo, una experta en hacerme colección.


Así que... fue sencillo.
Me hice la tonta, remoloneé, me dejé coger la manita y cuando me atrajo tu cuerpo 'on fire', supe que habías caído en mi trampa. Lo mejor, es ver al malote creyendo ser el ganador de la partida, el director del juego, crees serlo... ¡infeliz!
De malote pasaste a ser el ingenuo malote, con lo que el grado de atracción disminuyó, como un termómetro en invierno.
No se equivocó el angelito malo, la cosa prometía y fue una velada de las de aguantar prórroga y saborear el desayuno. 
Me limité a seguir las normas sociales establecidas, y aunque mis pies deseaban ansiosos llegar a su adorado sofá, seguí con mi papel de chica que no ha roto un plato, hasta que te escuché una frase que me asaltó los principios: "bueno, ¿me das tu número y quedamos?" 
¿Perdonaaaaa? - ojos en estado de shock –

"No eres tú, soy yo", fue lo primero que apareció en mi mente... ¡Pero no! 
Lejos de ser esta frase lanzada a bocajarro, mi boca empezó a vocalizar una serie de dígitos desconocidos... ¡olé!
Me acababa de lucir cerrando el telón. 
Ya estaba bien por hoy... y por ayer. 
Nunca se me dio bien mentir, no por no saber, si no por los sentimientos que me provoca. Pero ésto... 
No es propio de mí descarrilar en esos momentos, y mucho menos lo es salirme del carril de esa manera.
La obra había llegado a su fin, y la función debía continuar, pero en otro teatro.
Recogí y me fui. 
Rápido y aséptico. Y con una sonrisa de casting profident, claro.
En el fondo, me molaría ver tu cara de malote cuando llames a no sé quién. Puede que incluso, esa llamada haga que se descubran personas predestinadas a estar unidas... quién sabe.
Y aunque seguirás escribiendo historias de conquistador malote, nuestro cuento acabó, y siento decirte, que fue contigo siendo engatusado por la niña buena.

2 comentarios: