Adiós
Hay adioses que
significan hasta siempre, los hay que significan hasta nunca o, hasta luego o,
hasta dentro de un rato... y hay incluso, adioses que las circunstancias se les
adelantaron, que ya no tienen cabida, ya sobra decirlos, dejaron de tener
sentido antes de ser nombrados...
Adiós es una palabra
más bonita cuando se sabe de un regreso... un regreso que puede o no existir,
pero que bien analizada la frase es altamente esperanzadora.
No te dije adiós.Supongo que era
demasiado duro aceptar la realidad en ese momento.
Me limité a obedecer
aquello que me dijiste, darme la vuelta, echar a andar y no mirar atrás.
Me limité a no seguir
mis instintos y hacerte reconocer qué pensabas, qué hacías, qué sentías. No te
dije adiós porque no tenía cabida. Porque hacía mucho que un adiós sin puntos
suspensivos debería haber hecho orden de aparición. Todo finiquitó hacía mucho,
para meter un adiós en escena.
No te dije adiós... y
dudo que nunca vuelva a decírtelo. La probabilidad de que el universo vuelva a
juntarnos en un mismo espacio, en un mismo instante, y que además tu mirada
encuentre la mía, es inmensamente inferior a que exista una comedia romántica
con un final real.
Adiós, no sé si le
llegará de alguna manera, pero necesito decirte que este adiós... no
maquilla un hasta luego, este nunca no esconde un ojalá; estas cenizas no
juegan con fuego, este ciego no mira para atrás; este notario firma lo que
escribo, esta letra no la protestaré, ahórrate el acuse del recibo, estas
vísperas son las del después. A este ruido tan huérfano de padre, no voy a
permitirle que taladre un corazón podrido de latir, este pez ya no muere por tu
boca, este loco se va con otra loca, estos ojos no lloran más por ti!
(Grande Sabina...)
Y a pesar de todo,
este final inacabado creo que ya lo viví una vez, y en aquella ocasión, no me
equivocaba cuando pensaba, que no era un adiós, sino un hasta luego, que algo
debía pasar todavía... y pasó.
Ahora tengo la misma
sensación, pero algo me hace sentir que me equivocaré está vez, que ya no hay
más, que no aparecerás de nuevo, que tu vida cogió un rumbo distinto, que éste
no es un adiós bonito, porque no hay regreso...
Tristes finales que
sellan historias en nuestra historia vital.
No me gusta, no me
gusta este adiós, no me gustó el anterior adiós tampoco, o quizá lo que
realmente no me gusta es saber que me lancé al vacío esperando que no hubiera
adiós.
Adiós.
Fue un placer, y
aunque la vida se empeña en darme finales rotos, seguiré buscando inicios y
lanzándome al vacío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario