¡Hay que querer! Quererse y querer a las personas que nos rodean, ponernos en su lugar para entenderles mejor.
¡Hay que querer! Querer conseguir nuestros sueños, ponerse en acción y buscar la manera de lograrlos.

sábado, 23 de noviembre de 2013

La mecánica del adiós

Adiós
Hay adioses que significan hasta siempre, los hay que significan hasta nunca o, hasta luego o, hasta dentro de un rato... y hay incluso, adioses que las circunstancias se les adelantaron, que ya no tienen cabida, ya sobra decirlos, dejaron de tener sentido antes de ser nombrados...
Adiós es una palabra más bonita cuando se sabe de un regreso... un regreso que puede o no existir, pero que bien analizada la frase es altamente esperanzadora.
No te dije adiós.Supongo que era demasiado duro aceptar la realidad en ese momento.
Me limité a obedecer aquello que me dijiste, darme la vuelta, echar a andar y no mirar atrás. 
Me limité a no seguir mis instintos y hacerte reconocer qué pensabas, qué hacías, qué sentías. No te dije adiós porque no tenía cabida. Porque hacía mucho que un adiós sin puntos suspensivos debería haber hecho orden de aparición. Todo finiquitó hacía mucho, para meter un adiós en escena.
No te dije adiós... y dudo que nunca vuelva a decírtelo. La probabilidad de que el universo vuelva a juntarnos en un mismo espacio, en un mismo instante, y que además tu mirada encuentre la mía, es inmensamente inferior a que exista una comedia romántica con un final real.
Adiós, no sé si le llegará de alguna manera, pero necesito decirte que este adiós... no maquilla un hasta luego, este nunca no esconde un ojalá; estas cenizas no juegan con fuego, este ciego no mira para atrás; este notario firma lo que escribo, esta letra no la protestaré, ahórrate el acuse del recibo, estas vísperas son las del después. A este ruido tan huérfano de padre, no voy a permitirle que taladre un corazón podrido de latir, este pez ya no muere por tu boca, este loco se va con otra loca, estos ojos no lloran más por ti! (Grande Sabina...)
Y a pesar de todo, este final inacabado creo que ya lo viví una vez, y en aquella ocasión, no me equivocaba cuando pensaba, que no era un adiós, sino un hasta luego, que algo debía pasar todavía... y pasó.
Ahora tengo la misma sensación, pero algo me hace sentir que me equivocaré está vez, que ya no hay más, que no aparecerás de nuevo, que tu vida cogió un rumbo distinto, que éste no es un adiós bonito, porque no hay regreso...
Tristes finales que sellan historias en nuestra historia vital.
No me gusta, no me gusta este adiós, no me gustó el anterior adiós tampoco, o quizá lo que realmente no me gusta es saber que me lancé al vacío esperando que no hubiera adiós.
Adiós. 
Fue un placer, y aunque la vida se empeña en darme finales rotos, seguiré buscando inicios y lanzándome al vacío.

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