¡Hay que querer! Quererse y querer a las personas que nos rodean, ponernos en su lugar para entenderles mejor.
¡Hay que querer! Querer conseguir nuestros sueños, ponerse en acción y buscar la manera de lograrlos.

lunes, 18 de noviembre de 2013

algún día...

Hay cosas que no cambian...
Por mucho tiempo que pase, por muchas cosas que sucedan, por mucha gente que conozcas, por muchas ganas que pongas en olvidar, o... en superar simplemente.
Por muchos sitios nuevos que recorras, por muy largos que sean los intervalos, por muy grande que sea la distancia...
Experiencias vitales, que nos hacen crecer.
Pero, no, hay cosas que no cambian.


Tarde de amigos, de risas, de ponernos al día, de alegría, de silencios cómplices, de recordar aquellos maravillosos años, de planear un viaje a aquel lugar dónde siempre quisimos ir... y me sorprendo diciendo que por fin te superé. 
Recapitulando, viendo cómo está mi vida a día de hoy, las cosas buenas, malas, ridículas, absurdas, divertidas... 
Analizando mi momento actual, mi mente, mis emociones, mis sentimientos, y viendo que hay quien gana terreno día a día... 
Conclusión acertada. 
Gran tarde. Amistades que continúan a pesar de alejarnos y de los baches. 
Es todo tan perfecto.
O no.
Algo aparece... sin más, sin esperarlo, sin previo aviso, sin señales de alarma.
Apareces. 
Y ahí estás tú, con tu habitual pose de espíritu libre, para recordarme, que podía creer que te olvidé, que no sentía nada, que lo había superado, que no eras lo que quería para mí, que esa sonrisa ya no tenía ningún poder sobre mí, que tu voz ya no recorría mi espalda con un escalofrío, que esa mirada no me traspasaba en absoluto; que lo que no fue, no puede ser; que esos tatuajes ya no me inspiraban, que no serías nadie para mí...
Pero me equivocaba...
Todo lo que he sentido por dentro al verte es algo, que después de todo el tiempo que "muero" por ti, no entiendo cómo puede ser tan intenso. 
Tocada y hundida.
Duro darse cuenta de que no controlas nada de lo que sientes... Agotador.
Me mata tu sonrisa, me mata cómo me miras, me mata tu forma de ser... me matas tú.
Pero ¿qué le voy a hacer si mi corazón toma decisiones por sí solo, sin consultar y sin pedir permiso? 
Será que salió a mí...  o que le gustan las emociones fuertes.
Será que es rebelde, y que quiere desequilibrarme...
Sea lo que sea, no hay duda, superarte es algo que conseguiré... algún día.

4 comentarios:

  1. Largo es el camino y exigente la batalla. Pero, efectivamente, hay cosas que no cambian. Y una de esas cosas es que, al final, todo pasa.

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  2. Aunque todo pasa, un dia nos sorprende un vuelco al corazón y un súbito rubor en las mejillas nos delata.

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    1. óle, óle!! esa es mi prima conmentando!! ;)
      el gen familiar de "ruborización" es altamente incómodo en situaciones de reencuentro... pero... uuuuf!! más que el rubor, el vuelco al corazón nos hace volver a una realidad que teniamos tapada o creíamos superada... aunque algún día, quizá, alguno, las cosas cambien...

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