¡Hay que querer! Quererse y querer a las personas que nos rodean, ponernos en su lugar para entenderles mejor.
¡Hay que querer! Querer conseguir nuestros sueños, ponerse en acción y buscar la manera de lograrlos.

domingo, 15 de diciembre de 2013

Un tío con bragas

Suscribo las palabras que una gran amiga me dijo una vez "no soy una chica estándar".
Quien dice no estándar, dice no común, atípica, rara, infrecuente...

Crecí entre niños. 
Mientras las parejas amigas de mis progenitores tenían una niña, como hija en primer lugar, y un hijo niño en segundo lugar, en mi familia la parejita salió al revés. 
Nací en época masculina. 
Pese a ser la pequeña, una quinta menor que mis primos postizos varones, mis 4 kilos y medio de nacimiento me dotaron de las capacidades físicas necesarias para enfrentarme a ellos (el físico en la infancia ayuda más que la inteligencia). Ya pilotando mi tacatá, se vislumbraba lo que sería mi futuro (o mi actualidad, según se mire): los hombres huyendo de mí.
Nací y crecí con niños. Jugué a fútbol y no a peluqueras, a toros y no a cocinitas, a playmobil y no a "pin y pon"... 
Para mí, 2+2 son 4, no entiendo la necesidad de complicar mensajes indescifrables, cuando es tan sencillo decir las cosas como son. 
Me aburre ir de tiendas, me agobia mirar por mirar artículos textiles en metros cuadrados repletos de chicas dirigidas a verse estupendamente monas. Compro lo justo, mi estilo es muy yo (como dice otro amigo), me gusta la comodidad, y me pirran los deportes practicados y televisados. Soy una fanática de cualquiera (sobretodo del baloncesto), y en un pabellón el primer "burroooooooo" que se escucha, sólo puede salir de mi garganta abrumada de un nerviosismo que no se acaba ni tras el pitido final.
En la escuela,
veía poco interés en que las niñas se pusieran a hablar y hablar en el recreo, con lo que me iba, con un par más, a jugar con los chicos. Sacar adrenalina y correr hasta la extenuación (o hasta que sonara el timbre), ya era, por aquel entonces, una necesidad vital. 
Más adelante, he tenido infinidad de amigos que me han contado sus historias y secretos, novios de amigas incluidos, que me llegaban a contar lo que su novia no tenía que saber... curioso...
Relacionarse desde siempre, con el sexo opuesto, supongo que facilitó mi trato con ellos y que me valoren como un igual. Si no puedes con el enemigo, únete a él, ¿no? En mi caso, fue una necesidad adaptativa. Adaptarse o morir. 

Siempre me he sentido "uno" más. Incluso a día de hoy, llego a sorprenderme cuando en reuniones de machos hablan 'a sus anchas' ante mi presencia. Lo que viene siendo 'no cortarse un pelo' como lema grupal. Temas tías incluidos, por supuesto... Aunque sorprenderse no es una acción propia de mí.
Supongo que todo esto, hace que la sentencia de mí amiga sea más que evidente: No soy una chica estándar. 

Es más soy una chica no estántar, que piensa, actúa y tiene actitudes muy de chico. Como dice un gran colega: "¡eres un tío con bragas!". Un día de concierto con este colega y cuatro más (todos ellos chicos), comentábamos eso de que "en todo grupo de amigos hay 6 tipos de personas: el líder, el colíder, la chica, el listo, el guapo y el imprescindible". Este mismo colega soltó: "yo no sé quien soy, pero lo que está claro es que Ana no es la chica"... jajajajaja, ¡me parto!
Lo que aparentemente podría vislumbrarse como una ventaja en mis relaciones (tipo sentimental especifico) con los chicos (pienso como ellos, soy más que simple, etc.), ha acabado siendo justo lo contrario, ha llegado a ser una losa... O puede que sólo sea la excusa que mi entendimiento quiere dar a mis inexistentes relaciones.
Pero como diría, en este caso, un gran amigo, "haces las cosas que querrían que hicieras (los tíos), pero como no esperan que las hagas, les descuadras, rompes sus esquemas, se bloquean y no saben cómo actuar, así que no hacen nada (o huyen, según el caso)". 

Luego, nosotras somos las complicadas... 
Es decir, para que lo entienda, ¿me comporto como desearían que una tía actuara, pero como una tía 'normal' no actúa así, no tienen protocolo de actuación, activado o disponible en estos casos, y por ello, no hacen nada o huyen? No me digas que no es pa flipar... o ¿qué me dices?
Me siento condenada. 

Mi forma de ser, inherente a mí, propia, innata y adaptada a su ambiente, me impide una relación normal con el medio... es decir, o soy yo y eternamente permanecerá mi estado individual, o es necesario que deje de ser yo.
Me espanta sólo pensarlo.
Y es que me considero tan simple y transparente que...
Está claro, evidentemente tengo mis defectos, mi inatractivo, y mil cosas haré mal como cualquiera; pero no puedo entender porqué jamás me ha querido un tío.

FIN

2 comentarios:

  1. Bueno, bueno,.... a mamás, a vendedoras, a profesoras, con pin y pon y con chabel y barbie, he jugado yo mucho y no jugaba sola..... jaaaaaaaa. :P

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    1. ¿Me vas a decir que jugar a toros o a playmóbil era posible con vosotras? Y... un mes al año!! sí, también, obviamente, he jugado a cosas de niñas, he ido con niñas, y me han vestido de niña, pero es más que evidente que actúo y pienso más como un tío... eso es así

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