¡Hay que querer! Quererse y querer a las personas que nos rodean, ponernos en su lugar para entenderles mejor.
¡Hay que querer! Querer conseguir nuestros sueños, ponerse en acción y buscar la manera de lograrlos.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Y de pronto llegaste... tú

Y de pronto llegaste tú, y contigo, la revolución de mis cinco sentidos. 
Vista, oído, gusto, olfato, tacto, explicarme qué está pasando porque esta sensación no quiero que acabe nunca.
Porque lo que captan mis ojos me impresiona; porque todo sonido o palabra que escucho me emociona; porque aquello que llega a mis papilas gustativas deseo volverlo a probar y degustar su sabor intensamente; porque lo que huelo me transporta a... ¿dónde estoy en este preciso momento? Y mi piel... mi piel recibe estímulos que me instan a seguir viviendo, y es que tocar, rozar o sentir, se han convertido en una rutina que no posee la opción de fin.
Y en ese instante en el que apareciste, las mariposas que permanecían calladas, a veces incluso sin vida; resurgieron, cual Ave Fénix de sus cenizas, y comenzaron de nuevo a agitar sus alas con ímpetu.
Y ahora has llegado, para despertar mis amaneceres, para cerrar los días con sonrisas definidas y dejar atrás las sonrisas desdibujadas...
Llegaste para dar sentido a los después, para escribir los días de mañana, para responder las preguntas de qué más faltaba en mis momentos.
Tu mirada me dibuja los caminos que quiero tomar, y es que has venido para dar luz al brillo de mis ojos desnudos.
Apareciste cuando el negro cubría las nubes, cuando la ilusión se ocultaba tras un cristal empapado de lágrimas olvidadas... y es que hace falta sentir que la vida empieza con cada roce de tus caricias, que los escalofríos están infravalorados, y que, obviarte era la peor opción disponible.
Notar, que el primer día de escuela no supera la emoción de ese mensaje, que voy a recibir en 3, 2, 1; desde tus dedos sincronizados.
Y es que has venido para destronar el equilibrio de mis horas, para derretir el frío, para ser el sol que necesito para vivir... Enloquezco si quieres, pero ya no sé si soy persona o me adentré en el mundo vegetal, porque quiero hacer la fotosíntesis con tus rayos.
Porque tú has aparecido para desubicar a los malos rollos, para descentrar los pensamientos negativos, para llenar de esperanza los planes rotos... ¡adiós negatividad!
Mis sueños dejaron de existir, porque eres el sueño hecho realidad. 
Y es que descubriste que mi cabeza enloquece con el sabor de tus encuentros y te pusiste a tocar las teclas del piano de mi tic-tac, para resonar en cada eco de mi cuerpo.
Pensar que el tiempo pasado tenía una razón de existir, porque... ¡joder! No se ha inventado un verde como el de esas esmeraldas, que se empeñan en clavarse en mis pupilas y hacer que mi mundo se vuelque, resurja y vuelva a enderezarse.
Llegaste y la desilusión huyo despavorida, y me transformé en correcaminos al acecho de coyote... Ahora la desilusión puede asomarse por la ventana, llegar en carta sellada o disfrazarse con mi fiel soledad; porque no tiene nada qué ganar.
Y es que abanicas mis ganas ansiosas de batir cada segundo de nuestra existencia y sosegas mi caballo desbocado, haciendo que la calma de un atardecer en la playa, sea una constante en la ecuación del martes.
Y de pronto, sentí un cúmulo de felicidad invasiva, un sentimiento bidireccional de una magnitud envidiable a cualquier escala... y de pronto, llegaste tú.

2 comentarios:

  1. "Mis sueños dejaron de existir porque eres el sueño hecho realidad" Genial! Me ha encantado esta entrada, bonita y llena de positivismo.

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    1. A mí también me encantó escribirla, le tengo un cariño especial, a pesar de que a día de hoy, sea poco "real".. ;)

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