Y de pronto llegaste
tú, y contigo, la revolución de mis cinco sentidos.
Vista, oído, gusto,
olfato, tacto, explicarme qué está pasando porque esta sensación no quiero que
acabe nunca.
Porque lo que captan
mis ojos me impresiona; porque todo sonido o palabra que escucho me emociona;
porque aquello que llega a mis papilas gustativas deseo volverlo a probar y
degustar su sabor intensamente; porque lo que huelo me transporta a...
¿dónde estoy en este preciso momento? Y mi piel... mi piel recibe estímulos que
me instan a seguir viviendo, y es que tocar, rozar o sentir, se han convertido
en una rutina que no posee la opción de fin.
Y en ese instante en
el que apareciste, las mariposas que permanecían calladas, a veces incluso sin
vida; resurgieron, cual Ave Fénix de sus cenizas, y comenzaron de
nuevo a agitar sus alas con ímpetu.
Y ahora has llegado,
para despertar mis amaneceres, para cerrar los días con sonrisas definidas y
dejar atrás las sonrisas desdibujadas...
Llegaste para dar sentido a los después, para escribir los días de mañana, para responder las preguntas de qué más faltaba en mis momentos.
Llegaste para dar sentido a los después, para escribir los días de mañana, para responder las preguntas de qué más faltaba en mis momentos.
Tu mirada me dibuja
los caminos que quiero tomar, y es que has venido para dar luz al brillo de mis
ojos desnudos.
Apareciste cuando el
negro cubría las nubes, cuando la ilusión se ocultaba tras un cristal empapado
de lágrimas olvidadas... y es que hace falta sentir que la vida empieza con
cada roce de tus caricias, que los escalofríos están infravalorados, y que,
obviarte era la peor opción disponible.
Notar, que el primer
día de escuela no supera la emoción de ese mensaje, que voy a recibir en 3, 2,
1; desde tus dedos sincronizados.
Y es que has venido
para destronar el equilibrio de mis horas, para derretir el frío, para ser el
sol que necesito para vivir... Enloquezco si quieres, pero ya no sé si soy
persona o me adentré en el mundo vegetal, porque quiero hacer la fotosíntesis
con tus rayos.
Porque tú has
aparecido para desubicar a los malos rollos, para descentrar los pensamientos
negativos, para llenar de esperanza los planes rotos... ¡adiós negatividad!
Mis sueños dejaron de
existir, porque eres el sueño hecho realidad.
Y es que descubriste
que mi cabeza enloquece con el sabor de tus encuentros y te pusiste a tocar las
teclas del piano de mi tic-tac, para resonar en cada eco de mi cuerpo.
Pensar que el tiempo
pasado tenía una razón de existir, porque... ¡joder! No se ha inventado un
verde como el de esas esmeraldas, que se empeñan en clavarse en mis pupilas y
hacer que mi mundo se vuelque, resurja y vuelva a enderezarse.
Llegaste y la
desilusión huyo despavorida, y me transformé en correcaminos al acecho de coyote...
Ahora la desilusión puede asomarse por la ventana, llegar en carta sellada o
disfrazarse con mi fiel soledad; porque no tiene nada qué ganar.
Y es que abanicas mis
ganas ansiosas de batir cada segundo de nuestra existencia y sosegas mi caballo
desbocado, haciendo que la calma de un atardecer en la playa, sea una constante
en la ecuación del martes.
Y de pronto, sentí un
cúmulo de felicidad invasiva, un sentimiento bidireccional de una magnitud
envidiable a cualquier escala... y de pronto, llegaste tú.
"Mis sueños dejaron de existir porque eres el sueño hecho realidad" Genial! Me ha encantado esta entrada, bonita y llena de positivismo.
ResponderEliminarA mí también me encantó escribirla, le tengo un cariño especial, a pesar de que a día de hoy, sea poco "real".. ;)
Eliminar