¡Hay que querer! Quererse y querer a las personas que nos rodean, ponernos en su lugar para entenderles mejor.
¡Hay que querer! Querer conseguir nuestros sueños, ponerse en acción y buscar la manera de lograrlos.

jueves, 23 de enero de 2014

En invierno

Te conocí un frío invierno, en una calle del centro. "No quiero saber que hoy empieza el invierno, ni los días cortos, ni las tardes oscurecidas, ni que esto acaba de empezar", te dije.
Puede que fuera por eso que instalaste la primavera en mi habitación.
Dicen que la primavera la sangre altera, y aunque bajo cero a un paso de mi ventana, desconocen la forma en que tú me alterabas. Témpanos de hielo en la cornisa, y cubitos de hielo para deshacernos. 
No estoy hecha para días grises, para temperaturas frías. No estoy hecha para climas que desmoronan mis días.
Te conocí en invierno, pero nunca fue mi estación preferida.
Puede que por ello, me diste la primavera, me hiciste vivir en verano, y me dejaste como una triste en otoño. Igual por eso, empecé también a odiarlo.
No fuiste un capricho, aunque te fueras creyéndolo. No hice las cosas bien, pero nunca fui perfecta. Siempre me mordí las uñas, soy cabezota, nunca me queda birra en la nevera o pienso más que hago. Esa soy yo. 
Te volvería a pedir perdón, una y mil veces, pero dudo que pudiera soportar mil veces más que lo rechazaras.
Y me duele... Me duele que no seas capaz de perdonar, que una vez se me fue la pinza de manera abrumadora, que una vez volví a mis instintos y me guié por un descontrol del que me culpo cada segundo. Me duele. 
No calculo si llegué a ausentarme de mi realidad más de 6 minutos, pero no dudo si te digo, que no pueden pesar tanto. Un castillo no se derrumba con unas gotas de lluvia. Tú y yo éramos más que un castillo de naipes, éramos una fortaleza de la Edad Media, que sobrevivió a múltiples tormentas. Lo nuestro traspasaba los límites de cualquier cemento.
Menos de 6 minutos... ¿cómo pueden ser tan voraces? ¿cómo? 
Devastación. Así me siento, devastada, saqueada, desolada... y seguiré estándolo porque 6 minutos derrumbaron la mejor vida posible, y mucho peor, hicieron de mí alguien que no soy para ti.
Si pudieras sentir por un momento lo que fue... Menos de un minuto te haría falta para entender que nunca dejé de idolatrarte, que lo hice mal pero que realmente fue un error grave de una inconsciente situacional. 
Estamos a una semana de primavera. Mi piel necesita la calidez de su sol, pero me temo que va a seguir el camino del invierno y del otoño. 
No puedo vivir un día sin odiarlo, porque pienso que me convertí para ti en una chica ruin que te traicionó... sí, te traicioné, por un instante, pero jamás fui diferente a la chica que conociste en invierno. 
No sé qué pasará con verano, pero mis manos me dicen que necesitan pasear por la playa, cogidas a las tuyas... Perdóname, te lo pido una vez más. Sólo, en primavera, perdona mi lapsus mental. Pídeme intereses, como los bancos; fianza como un piso de alquiler o indemnización acorde a tus sentimientos. Pídeme lo que sea, pero no me hagas odiar a la primavera y al verano, aunque sólo sea porque sin esos 6 minutos, llegar a los 84 años sin nosotros era lo único que no podíamos imaginar. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario